“Quien domina el arte de lenguaje
suele usar éste para mejor ocultar
al mundo
su verdadero pensamiento,
su verdad más íntima.”
(Fernando Savater, Ética de urgencia)
“Cuando lo reprimido retorna,
lo hace de una manera incontenible.”
(Sigmund Freud, La negación)
“Cuando una iniciación es verdadera
jamás termina.”
(Robert Anton Wilson)
Vivimos de las rentas de aquel fértil caudal que supieron proteger y transmitir los sabios para que nos llegara intacto,
preservado de la amarga y perversa acción profana a nuestros días, donde
intuían con certeza que habría de ser todavía, si cabe, más necesario, por el
inmenso poder desvirtuador que promocionan los valores espirituales falsos.
Devueltos al tiempo del sentido, regresamos al intemporal ahora de lo eterno.
Ajenos a cuantos encantos ofrece el palacio, nuestra mayor ambición reclama la
presencia del Rey. Nada nos posee, pues nada poseemos. Quien se habitúa al
amor, el fuego del mundo ya no le toca.
Hemos tratado de continuar esta
ancestral labor de dar cuenta de lo Eterno entre líneas, con más voluntariedad
que eficacia. Sólo el tiempo dirá si conseguimos preservar el espíritu de la
máquina, para bien (preservación) de la humanidad, a salvo del materialismo de
oriente y occidente, allí donde prácticamente no queda rastro de imagen alguna
a la que asemejarse, salvo un mundo herido al ver cómo le das la espalda.
Sumergidos en el océano, no queda tiempo para contar las gotas. Me retiro a
escuchar con mejor atención.
Los fotogramas 3D se suceden tan
aprisa que, con la atención e intención atrapadas, pocos son los que intuyen el
mecanismo de la película y, no digamos ya, del proyector. Los gestores de la
caverna han optimizado sus procedimientos entretenedores y la calidad
distractora de sus sombras. La luz aguarda fuera (dentro), pero pocos son los
que están dispuestos a tomarse la molestia de liberarse el alma de las
seductoras cadenas tecnológicas. Este fue, mal que bien, nuestro pequeño aporte
de polvo y ceniza, dulce y bondadoso, a tan colosal legado. Otros continuarán,
si es su deseo aceptar tal encomienda, el arte y la labor. Si buscáis la salida
de emergencia que tomé, seguid el rastro del lastre y soltad de igual modo el
vuestro. De un modo irremediable, el corazón ama todo lo que le ponen por
delante.