domingo, 10 de marzo de 2013

Silente coloquio


“Quien domina el arte de lenguaje
suele usar éste para mejor ocultar al mundo
su verdadero pensamiento,
su verdad más íntima.”
(Fernando Savater, Ética de urgencia)

“Cuando lo reprimido retorna,
lo hace de una manera incontenible.”
(Sigmund Freud, La negación)

“Cuando una iniciación es verdadera
jamás termina.”
(Robert Anton Wilson)






Vivimos de las rentas de aquel fértil caudal que supieron proteger y transmitir los sabios para que nos llegara intacto, preservado de la amarga y perversa acción profana a nuestros días, donde intuían con certeza que habría de ser todavía, si cabe, más necesario, por el inmenso poder desvirtuador que promocionan los valores espirituales falsos. Devueltos al tiempo del sentido, regresamos al intemporal ahora de lo eterno. Ajenos a cuantos encantos ofrece el palacio, nuestra mayor ambición reclama la presencia del Rey. Nada nos posee, pues nada poseemos. Quien se habitúa al amor, el fuego del mundo ya no le toca.

Hemos tratado de continuar esta ancestral labor de dar cuenta de lo Eterno entre líneas, con más voluntariedad que eficacia. Sólo el tiempo dirá si conseguimos preservar el espíritu de la máquina, para bien (preservación) de la humanidad, a salvo del materialismo de oriente y occidente, allí donde prácticamente no queda rastro de imagen alguna a la que asemejarse, salvo un mundo herido al ver cómo le das la espalda. Sumergidos en el océano, no queda tiempo para contar las gotas. Me retiro a escuchar con mejor atención.

Los fotogramas 3D se suceden tan aprisa que, con la atención e intención atrapadas, pocos son los que intuyen el mecanismo de la película y, no digamos ya, del proyector. Los gestores de la caverna han optimizado sus procedimientos entretenedores y la calidad distractora de sus sombras. La luz aguarda fuera (dentro), pero pocos son los que están dispuestos a tomarse la molestia de liberarse el alma de las seductoras cadenas tecnológicas. Este fue, mal que bien, nuestro pequeño aporte de polvo y ceniza, dulce y bondadoso, a tan colosal legado. Otros continuarán, si es su deseo aceptar tal encomienda, el arte y la labor. Si buscáis la salida de emergencia que tomé, seguid el rastro del lastre y soltad de igual modo el vuestro. De un modo irremediable, el corazón ama todo lo que le ponen por delante.



Arte y simulacro


“Podemos soportar una infancia marcada
por la desafección paterna,
más no una existencia desprovista de sentido.”
(Rollo May, Coraje creador)
 
“La conexión con la conciencia transpersonal autónoma
(malintencionadamente llamada inconsciente colectivo)
solo puede realizarse a través del propio
(personal e intransferible a cualquier clase de mediación)
proceso de individuación.”
(Carl Gustav Jung, Símbolos de Transformación)

 


 

Toda experiencia inefable lo es en la medida en que se resiste a ser confinada en los estrechos límites del lenguaje racional (hemisferio izquierdo), decantándose más por la fértil imaginación sobrerracional poética (hemisferio derecho) como eficaz soporte simbólico que traspasa las barreras encorsetadas del sentido oficial, metáfora creadora a través de la cual se vinculan operativamente y actúan entre sí los mundos.

 
Conocer (y manipular) el poder de símbolo permite modificar (abrir, ampliar, expandir…) la consciencia, cambiar su grado y modalidad. De este modo el Arte instrumentaliza al artista para sus propios fines y consigue a través de la docilidad y sumisión de éste su verdadero objetivo, saltar el muro obstructivo y distorsionador del lenguaje y conmovernos (atrapar, unirse, conectar, religarse a) el alma.

 
Por desgracia, resortes de acción grupal  artística, de una potencia inusitada (ya sea en forma de danza, banquete o relación sexual), han sido intencionalmente reducidos a vacuo disfrute, frívola distracción, necio entretenimiento, enervando el Arte hasta que no quede de él más que su inerte sucedáneo. Cabe pues, si así lo deseara nuestro lector/a, la noble tarea de recobrar la naturaleza original, no desvirtuada, de algunas cosas, mientras se espera cierta la benefactora muerte.
 
 
 
 

sábado, 9 de marzo de 2013

Acomodarse a la Vida


“Nada incomoda más a los dioses
que se hable de ellos en su ausencia.”
(Iámblico de Calcis)

 
“Bien sea bajo la forma de ideas,
sentimientos o acciones,
llevamos a los dioses dentro”.
(Proclo de Constantinopla)
 

 

 
La conciencia de que algo irrenunciable está ocurriendo dentro de ti, posee la violencia de una revelación en la que no caben márgenes de maniobra, como la que llama a la vida a proteger y alimentar cuanto ha nacido de ella. Así, de este modo misterioso y maravilloso, poco a poco, nuestra consciencia, y con ella nuestra perspectiva del mundo, se ensancha.

 
Al compartir, con devota asiduidad, el silente secreto de la incubatio nocturna, ensimismados y purificados por la contemplación del fértil vacío consciente de nuestro oscuro abismo interior, verdadera naturaleza esencial, tan central como insondable, resulta posible así un recurrente morir y, por ende, un recurrente renacer, que acaba convirtiéndose en propio camino.

 
Arduo camino, que sólo resulta posible recorrer cada vez sin claudicar desde el misterio de nuestro mejor don. ¿Cuál es, desde el aparente aquí y ahora en el que te encuentras, el tuyo? ¿Quizá proteger empero, ante la contrariedad y la adversidad, una sonrisa escondida? ¿Quizá lograr mantenerte disponible a la experiencia? ¿Quizá elegir disfrutar del enigma de tu existencia, sucumbiendo docil ante el colosal tsunami de incertidumbre?



jueves, 7 de marzo de 2013

Imposible olvido


“Lo que cuenta no es quién tiene razón
sino, sobre todo, quién manda.”
(Charles Lutwidge Dodgson)

 

 

La acción humana tiene lugar bajo un determinado número de grados de libertad o posibilidad, objetivamente dados, que condicionan la intención bajo la que se aplica toda voluntad. Así cada decisión, dentro de ese marco de referencia opcional, inicia rumbos alternativos hacia destinos diferentes que, una vez que han sido tomados, consideramos como los únicos que fueron posibles: “Así fue porque así lo quise.”

 
Toda idea imaginada sobre la que no se ejercita una perseverante y focalizada voluntad, difícilmente se materializa, de igual forma que las virtudes sin conocimiento (diseñadas por el enemigo) devienen naturalmente en vicios debilitadores que neutralizan nuestra capacidad de acción y reacción, garantizando la inercia programada.

 
Sin embargo, ni siquiera las más férreas anteojeras sistémicas impiden al corazón bien orientado hacerse recipiente de las más bellas formas, de las sutiles sonoridades que así nos despiertan y convocan a la acción recta, a la vivencia del instante como teofanía irrepetible que de un modo íntimo, inefable, se trazan a fuego en alma. Ese libro cordial ha de ser nuestra verdadera brújula dorada allende el tránsito de mundos y vidas. Certeza que guía, más allá de las muertes, nuestro anhelo. Dolorosa melancolía que hace imposible el olvido.
 
 
 
 

miércoles, 6 de marzo de 2013

Órfalis

“Vine para decir una palabra y la diré.
Más si la muerte se adelanta,
ella la dirá mañana.”
(Jalil Gibrán, Lágrima y sonrisa)

 

 

 

Cuando nos asomamos al interior de las cosas, de las personas, del mundo, nos asalta una sorprendente intensidad vital que no deja entrever el infinito decorado de su apariencia exterior, como le sucede al alba invisible que toda noche oculta en lo más íntimo.
 

Así, para borrar la cotidiana oscuridad que asola y enfría nuestra vida, basta una nueva mirada, un ejercicio de voluntad, de decisión súbita, un acto de conciencia será suficiente para que aquella quede abolida y resplandezca la luz del alba.
 

Convivimos con los oscuros rincones de nuestra alma, asumimos su tóxica familiaridad, hasta que un buen día, sin saber muy bien cómo ni por qué, recobramos el anhelo de soñar e iluminar de nuevo la trasparencia de nuestro pequeño mundo. Voluntad que aporta cuanto sabe y cuanto ignora.
 
 

 

Ese tránsito aciago por la oscuridad parece, a todas luces, algo imprescindible, necesario. ¿Qué sería de nuestra luz sin el recurso transgresor de la consigna de la sombra? ¿Qué simulada transformación cabe esperar sin su cuestionamiento? ¿Qué verdadero acto, si no nace del conocimiento indeleble al experimentar la propia victoria?

 
Para descubrir que Órfalis ya era el paraíso fue necesario volver hacia nosotros la propia mirada mil y una noches. Lento tapiz que teje en nosotros la humildad intelectual, la coherencia y la insobornabilidad de quién ya lo ha perdido todo y a nada externo obedece, pues descubrió la trampa antagonista que impregna cada renovado instante.



 

Esa fuerza imparable habrá de resurgir de nuestros escombros, con la tenacidad que cabe esperar a la promesa divina. Campo escalar oculto tras la penumbra de las luminosas sombras que nos revela que verdad y belleza no pueden ser cosas distintas, que, si no quieres perderte en la arrogante impostura, ha de ser honesto el modo en que te ganas la brevedad de tu vida.

 
En todo momento, pero sobre todo en las intensas horas felices de la fugaz existencia, han de ser incondicionales tu profética luz y tu aroma. Recuerda que el escenario es efímero, y sólo tu creador conoce la verdadera cifra de tu hora.



martes, 5 de marzo de 2013

¿Te acuerdas?


“Tigre, tigre,
fuego deslumbrante en las selvas de la noche
¿qué mano inmortal,
qué ojo pudo trazar tu terrible simetría?·
(William Blake, Hijas de Albión)

"Pese a lo que generalmente suele creerse,
en las operaciones-provocación
no siempre coinciden ordenante, organizador y ejecutor."
(Leonid Ivashov)





Para terminar con  un ser humano, no es ya necesario acabar con su vida. Basta con arrebatarle su dignidad y poder adquisitivo, impidiendo su acceso al trabajo. Por exigencias del guión global, lenta pero inexorablemente las relaciones comienzan a degradarse en el seno de nuestra sociedad, según lo dispuesto.

Meticulosamente y conforme lo previsto se suceden y alimentan focos de inestabilidad política, económica y social para que, por saturación, la agresividad se torne indefensión, decaigan los valores morales, triunfe el cinismo y el nihilismo, se legalicen el vicio y la deshumanización, para que el crimen se extienda con mayor celeridad y alevosía.

Nadie protesta por la humanidad si no es para reclamar por el último derecho privado que le ha sido usurpado. Nos distraen con el señuelo de la pasta, mientras desmantelan la dignidad humana, siguiendo precisas pautas computacionales: sistemas expertos…




Para construir un nuevo orden, será así necesario resetear el antiguo y, por más que les pese a los bites, formatear toda la memoria, para que ya nadie recuerde que donde había un CERO ahora hay un UNO y viceversa. Todos los recursos del planeta deberán ser liberados de sus antiguas manos y puestos en las de aquel que “sabe” mejor administrarlos.

Ciudadanos del mundo, por encima de las fronteras de la tierra y las del cielo, será terrorista (y tratado como tal) todo aquel que quiera hacer prevalecer cualquier trazo de la antigua memoria. Bienvenidos a la nueva dictadura financiera global, la teocracia monetaria está aquí y viene para quedarse, cueste lo que cueste. En este austero e interesado exterminio de los derechos humanos, no se repararán gastos ¿Retry, abort, error?




domingo, 3 de marzo de 2013

Aquí. Ahora.


“Lo sagrado sólo puede tener lugar y comprenderse
cuando nuestra auto-compadecida y amorosa mente,
completamente liberada del miedo y el sufrimiento
calla y escucha sin interferencias el silencio.”
(Jidhu Krisnamurti)

"A veces el silencio 
es la peor mentira."
(Miguel de Unamuno)







La crisis actual exterior no es sino reflejo de una más importante y crucial crisis interior: hemos consentido que los malos nos destruyan primero desde dentro, proveyendo un sinfín de distracciones que nos incapaciten para la reflexión, pero sobre todo para la acción. Preferimos huir, disfrutar, evadirnos, divertirnos en lo virtual, que tomar las riendas del mundo real y actuar.

¿Cómo remendar nuestros ideales y valores sin reorganizarnos hacia lo más alto? ¿Cómo salvar un mundo que renuncia a ponerse al servicio de la realización espiritual del ser humano? ¿Quién nos devolverá ese espacio abierto a la desaparición de toda resistencia, donde cualquier cosa es posible? ¿Cómo reencontrarnos en el silencio?

No digas nada. Apaga todas tus distracciones, reflexiona y actúa.




sábado, 2 de marzo de 2013

Medir la conciencia


“Amo a quienes unidos me aman.”
(Proverbios 8, 17)

 

 
 

¿Cómo medirnos la conciencia, cuando cada día asumimos que el abismo se ensanche más y más entre nosotros? ¿Acaso hemos olvidado que el silencio entre dos notas, del modo más misterioso, las une para siempre en nuestra alma? ¿Sucumbimos de nuevo a la llamada del pasado que intuimos en el canto de las sirenas?

 
Quizá nuestra vida no nos pertenece. Del vientre a la tumba, estamos unidos a cuantos nos precedieron en el pasado, a cuantos acompañan hoy nuestro presente. Así, en cada crimen cometido, en cada gesto amable, alumbramos también, de un modo irremediable y preciso, sin saberlo, nuestro futuro.

 
No suele ser buen esclavo quién recorrió las vidas y los mundos. Incluso ahora que las mismas fuerzas ocultas que mueven el mundo agitan nuestros corazones y se revelan certeras en nuestro interior,  guiando por la senda del eterno retorno de nuevo nuestros pasos. Antes de que podamos darnos cuenta, regresamos al ara del sacrificio.
 
 
 
 

Dominar la jerga


“De la perversa la seducción del extravío
preserva el amor a la verdad.”
(II Tesalonicenses 2,10)





Tan incapaz de contrarrestar las posiciones enemigas como de enaltecer las propias, con la imaginación reseca de ideas, las neuronas marchitas y el corazón inerte, el ciudadano medio contempla con total apatía su derrota, sin atisbar en el horizonte el esperanzador estandarte de un nuevo liderazgo que proporcione alternativa al ineficiente, corrompido y endiosado actual, que, tristemente, ya  conoce de manera sobrada.


Los valores y consignas han sido tan extorsionados y desplazados de su primigenio sentido, para lograr acomodarlos a la realidad cambiante y seguir ocultando el dominio que desde siempre ha pesado sobre los dominados, que terminan por significar lo contrario. Allí donde dice “panacea” uno termina por beber arsénico.


Con una velocidad muy próxima a la de la luz, los masivos agujeros negros, uno de los acontecimientos más luminosos que suceden en el centro de las galaxias (también de la nuestra) giran ¿indiferentes? desde el comienzo mismo de los tiempos. Las reses de hoy terminarán por ser los carniceros del mañana.