“No podemos seguir siempre
luchando unos contra otros para nada,
matando a la pobre gente,
dejándola sin casa o muriéndose de hambre.
Si estás a la cabeza, un
gobierno mundial único es algo muy positivo.”
(Denies Healey, BGFund)
“Siempre deseé alcanzar
una determinada posición
en la que no tuviera
que rendirle cuentas a nadie…”
(Satanás,
Daily in intimacy)
La alta política, las altas finanzas, la high-tech, la alta nobleza vinculada a la sempiterna oligarquía, la inteligencia militar planetaria, el lobby mass media y nuestros mejores científicos, ahora con el inestimable apoyo de Soraya, ya no dan más de sí. Y no están dispuestos a poner un duro más por salvar a la chusma agónica de su merecido destino. Nobleza obliga, pero ¡hasta un punto!
¿Alguna idea? Necesitamos
un “brainstorming global” para prepararnos para un previsible e intenso “sun
storming”. Va a ser un otoño caliente. Se ha hecho todo lo que estaba en nuestra
mano hacer. Se ha reforzado y se sigue reforzando la ionosfera y la
magnetósfera todo lo que es posible, para evitar fisuras como las de Quebec y
garantizar la invulnerabilidad eléctrica al grueso del “mundo desarrollado”. Sufrirán
sobre todo las zonas polares. Posible aunque improbable, el ACE y el SOHO vigilan y
nos avisarán una hora antes. Va a ser divertido vivir sin electricidad una
temporada. La Naturaleza gasta bromas, como esta, con total “naturalidad”.
¿Dónde ha quedado el sentido del humor?
Ahora entenderán el
incremento del ciclo de stress en sus vidas, debido a la acidificación sanguínea.
Un poquito más de cortisol, ácido glutámico, epinefrina y norepinefrina le
agitan el coco a cualquiera. Basta con restablecer el PH mediante una progresiva alcalinización
de la dieta, incrementando el consumo de
sabrosas frutas y verduras. Le podrá contar así a sus nietos cómo pasó la
tormenta de electrones. Y, lo más importante, permanezca todo lo cerca que
pueda de su familia.
¿Alarmismo? ¿Prevención?
Siempre ha resultado difícil decidir, en estos casos. Si algo falla, siempre nos
quedará el ejército. Nadie como las fuerzas armadas para gestionar
eficientemente el caos y organizar a bajo coste los enterramientos colectivos. Un
consejo, pásese antes por su confesionario más cercano. No diga que Rick y yo no
le advertimos.
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