“El asunto de rectificar
las malas cualidades (midot raot)
es aún más grave que
las mismas transgresiones de los preceptos.”
(Rab Jaim
Vital, Shalei Kadusha 1, 2º portal)
“No se entiende (Binah)
al maestro
sino hasta el
cuadragésimo año.”
(Maimónides, Guía de Perplejos)
El talón es la zona más baja de
nuestro cuerpo. Allí es donde se acumula, sin que nos demos casi cuenta, un
alto porcentaje de piel muerta. Descuidados, de un modo autocomplaciente,
solemos prestar casi ninguna atención primaria (sensorial) a nuestros usos y vicios
cotidianos, minimizándoles, restándoles importancia. Asumimos como “natural”
nuestra propia falta total de modales. Creemos que no cabe gravedad en nuestra
facilidad de enojo, en nuestra recurrente insolencia, soberbia, altanería,
envidia, maledicencia… Que no es para tanto. Vasijas resquebrajadas, devaluados
en lo humano, hemos perdido toda sensibilidad, verdadero talón de Aquiles, a
nuestras malas cualidades. No damos el
mínimo. Sordos para escuchar, ciegos para ver, paralíticos para actuar:
muertos, sin calidad.
¿Qué necesidad existe de volver a
repetir lo dicho? Los cuarenta años de travesía del desierto no fueron en vano.
Fueron necesarios para preparar al pueblo para recibir ¡por primera vez! la
enseñanza. La vasija necesita madurar, restaurar sus fisuras, vaciarse, para
ser adecuada. Se riega un árbol con la toda la paciencia requerida, hasta que llega
el ansiado día en que la fruta cae “a punto” y por su propio peso. Implorar en
justicia, agotadas las fuerzas, cuando todo mérito está perdido, lo que no es
sino gratuito. Israel sediento, ¿cabe mayor
recompensa? Ya ves que te traje el agua de la que te hablé. ¿Qué esperas tú
para beber hoy? ¿No ves ahora mismo el Sinaí ardiendo?
Solsticio de Verano. Alza su inquieto
vuelo la abubilla. Salomón, ¿acaso sabes tú si volverá? Disfruta hoy la bendición de
cumplir la responsabilidad de vivir (cumplir) hoy tu propia vida, si no quieres
ahogarte en la maldición de dilapidarla hoy en la ebriedad y el entusiasmo de vanos
espejismos ajenos, encendiendo fuegos extraños. Eterno significa también ahora, ahora,
ahora…
Y que el tiempo hasta el siguiente te sea favorable. Nos sea favorable, que de sufrimientos ya hemos tenido bastante.
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