“La Naturaleza gusta
ocultarse.”
(Heráclito de Éfeso, 123)
“Escucha, Israel, el
Señor nuestro Dios, el Señor es Uno.
Y amarás al Señor tu
Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma y
con todas tus fuerzas.”
(Deuteronomio 6, 4-9)
Los arduos caminos de experiencia, a través de
un largo proceso de ensayo error, conducen a la maestría del viajero caminante,
cambian su mirada, la abren a mundos que, hasta llegar a ser tanteados, explorados
y conocidos, sólo parecían irreales a la aventura de la conciencia.
Los sistemas de creencias han de ser
destruidos y reconstruidos sin tregua. Cada esquema que parece definitivo solo
es aquel que tarda más en ser redefinido y replanteado. Cada verdad lo es en la
medida que es provisional, transitoria aquella que una vez sentimos como
certidumbre y hoy descubrimos certera contradicción. Tanta impermanencia resulta
psico-depredatoria, no hay ego que se resista. Nos vuelve dóciles, indefensos,
sumisos.
¿Dónde queda nuestra autonomía? ¿Dónde fue el
pensamiento libre? ¿A quién o a qué extrañas fuerzas pertenece el diseño de
nuestra actuales creencias, nuestra idea de lo que está bien o mal, de lo
correcto o incorrecto, nuestros gustos y costumbres? ¿Quién o qué estableció
nuestros sueños, nuestras expectativas, nuestras esperanzas, nuestro sentido del
éxito o fracaso? ¿Nuestra complacencia, nuestros
deseos y miedos, nuestra cobardía, nuestra avaricia, nuestro “nuestro”?
Arcónticas sombras fugaces sobre el barro, intrusos
que se adueñaron de nuestra voluntad para ser nuestra voluntad. Incapaces ya de
reconocerlas, interceptado como está nuestro nous, cautivo y desvirtuado, nos
consolamos, acostumbrados a su inflexible y vampírico mando, llamándolas “mi
mente, nuestra mente”, sin percibir la invisible sintaxis de la colmena
forastera que nos conforma. Ahora dicen que las pinturas de Altamira, fueron
pintadas por chamanes neanderthales, en absoluto silencio, mucho antes de que llegara el Nuevo Orden Mundial: ¿Con
qué intención? “¡O tempora, o mores!”
No hay comentarios:
Publicar un comentario