miércoles, 20 de junio de 2012

A coger el "trébole"...

"Durante su peculiar periplo terrestre,
el destino superior del Alma es Conocer:
descubrir en sí la inmortal llama
de la Esencia Divina."
(Pitágoras de Samos) 






Sólo los necios, quizá por miedo a perder su espejismo de control o tal vez por simple y llana pereza, confinan el Alma a los límites espacio-temporales, renegándose a aceptar tantas evidencias contrarias, por entender que toda “señal” que no esté bajo su total dominio (esto es, amañada) atenta directa o indirectamente contra sus intereses particulares o, lo que es peor, alimenta de alguna manera los del contrario. ¿Cómo si no cabe interpretarse la irreverente micción de un perro?

Siendo foráneo a Esparta, no te fíes ni un pelo de los espartanos, ni aún si se diera el caso (sobre todo si se diera) de que te recomendasen que desconfíes de ellos. Estos griegos, hasta cuando descansan del vicio de conspirar contra Persia, es que algo traman. A ver si se les ha pasado por la cabeza hacer caso al inquieto de Ulises, maestro de los mil ardides, y van a introducir un gusano-troyano en los ordenadores del Nagual. ¡Tendría gracia la “llama”!

En tiempos de irremediable recortes como los que sobrevivimos, a fuer de lograr al menos por una vez un “sin-cero balance”, no compensa ni sale a cuenta el malgastar nuestra valiosa segunda atención, que ha de estar centrada en más jugosas y rentables “mesas financieras”. Y, no digamos, la tercera, ahora que se aprestan a proliferar los fuegos de don Juan.

No te rindas, ni te apartes a un lado, por difícil que se te ponga el camino que te eligió. El viento en contra viene cargado de ceniza, para avivar así la llama indestructible de tu corazón: ¡Mira cómo arde!



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